Por qué las libretas de papel sobreviven a la era digital

02/04/2017

Puede parecer sorprendente en un momento donde las alarmas y las notificaciones de los calendarios digitales se han tomado la agenda de las personas. Pero los expertos dicen que los calendarios impresos y las libretas han sobrevivido a la revolución digital y que sus ventas incluso han subido en algunos segmentos particulares.

De acuerdo a un estudio de la firma NPD Group, publicado en The New York Times, las ventas de libretas y agendas (ellos las llaman libretas de cita o planificadores) aumentaron en 10% entre 2014–2015 y 2015–2016, hasta los US$ 342,7 millones. En tanto, las ventas de los calendarios decorativos en papel crecieron 8% en el mismo período, hasta los US$ 65 millones, según el mismo reporte.

Leen Nsouli, analista de NPD Group, comenta en The New York Times que la personalización que estos productos ofrecen ha contribuido a que las libretas y agendas sean populares. “El consumidor puede personalizar un planificador para adaptarlo a su estilo con accesorios y colores distintos para cada evento y actividades. Eso no es algo que puedas hacer en el calendario del teléfono”, explica.

Paul Conley, de NPD Group, describe en su blog algunos atributos que los nuevos profesionales ven en sus libretas y agendas de papel: “Ellos suelen tener una sensación juvenil positiva de sus libretas, con logos de héroes deportivos o personajes de videojuegos o flores y formas abstractas. La personalización es la norma”.

Un caso exitoso es el fabricante de libretas italianas Moleskine, inspiradas en los cuadernos que Ernest Hemingway y Bruce Chatwin usaban para escribir. Una nota publicada por The Wall Street Journal en septiembre de 2016, empezaba diciendo “Hay dinero en el papel”, en referencia al éxito que la compra de Moleskine en 2006 ha significado para el fondo Syntegra Capital: si la firma vende su participación podría recibir 19 veces más que lo invertido hace una década, lo que representa unos US$ 363 millones de ganancia, según el diario.

Marco Ariello, socio de Syntegra Capital, explica a ese periódico que la compra de Moleskine fue una apuesta a que la gente seguiría comprando cuadernos y libretas, en un mundo más digitalizado. “El foco de la empresa en el diseño y la creación de una marca asociada con artistas y escritores ganó clientes leales”, dice, y agrega que los clientes típicos de Moleskine son Millennials, ya que ellos combinan productos en papel y digitales.

“La gente consigue una Moleskine y un iPhone”, recalca.