Las tintas amigables con el medioambiente

20/08/2019

La sustentabilidad en la industria gráfica es un hecho y cada vez son más los integrantes
del rubro que se animan a incorporar innovaciones de este tipo en sus procesos de
producción. Así es como las tintas sustentables están irrumpiendo de a poco en el
mercado, principalmente por requerimiento de los clientes finales que demandan
productos amigables con el medioambiente.

Liobalance

Para Antalis, una de las compañías líderes en la industria gráfica, la iniciativa de innovar
en productos sustentables es parte de su estrategia mundial. José Ignacio Contreras,
business development manager de Antalis, explica que contar con insumos de calidad,
que cumplan con altos estándares medioambientales en su fabricación, para el
mejoramiento y calidad ambiental de los procesos productivos es esencial.
“Los clientes son quienes están demandando este tipo de soluciones, sobre todo en la
industria del packaging, pues buscan trabajar no solo con productos de alto
rendimiento, sino que a la vez no dañen el medio ambiente”. Es por ello que,
recientemente, lanzaron una línea de tintas vegetales, Liobalance de Toyo Ink, para
impresión offset, provenientes de Brasil, que destacan por su alta pigmentación y
porcentaje vegetal, libre de cobalto y bajo VOC.
Contreras agrega que en flexografía también han incursionado con tintas sustentables,
del tipo híbridas. Estas se caracterizan por “su bajo nivel de compuestos de metales
pesados, que no evaporan. Así, hay bajos niveles orgánicos de estos compuestos dando
vuelta en los talleres”, indica Contreras sobre estos productos, que son de baja
migración. Pero más allá de las tintas, añade que innovar sólo en estos productos, no
basta. “Si queremos ser sustentables, todos los insumos que se utilicen en la cadena
tienen que ir en la misma línea”, enfatiza.

Baja migración y bajo olor

En la misma línea, desde Flint Group, la experiencia con estas tintas es más larga.
Según Gustavo Cifuentes, technical and operation manager del conglomerado en Chile,
la necesidad surgió de la regulación que la Asociación Europea de Tintas (EuPIA)
implantó en 2004 y que exige que los artículos y materiales que estén en contacto con
alimentos sean fabricados de acuerdo con buenas prácticas y que no transfieran sus
componentes a los alimentos. Como Flint pertenecía a esta agrupación, comenzaron a
innovar en tintas de baja migración y bajo olor. Fue así entonces que las grandes

empresas alimenticias europeas, como Nestlé o Danone, se adentraron en la misión de
que sus alimentos no tuvieran contaminación en los envases.
“Y ahí nacen las tintas sustentables que son de bajo olor y migración, y que se
certifican. De hecho, una de las líneas que tiene Flint, la P660 Premium Novasens,
desde hace muchos años es que está certificada por Nestlé. Sin perjuicio que sean
sustentables, necesitan una barrera funcional cuando va en contacto con alimentos”,
cuenta Cifuentes.
Para él, los convertidores son los que están más involucrados en estas buenas prácticas,
donde pasaron de tintas convencionales a ecológicas; pero, de todas maneras, cree que
“falta información para que más se hagan parte del cambio. Y por otro lado, sin duda
alguna los costos de la insustentabilidad priman al momento de tomar decisiones de
cambio, por parte de los impresores”.

Hinchas de lo ecológico

“Todas las tintas que estamos ocupando hoy día son sustentables”, señala Francisco
Contreras, gerente general de la empresa Transpromo, que está en el rubro desde el
2006 y que tiene a Hagraf como su principal proveedor de tintas. A pesar de que señala
que aún les cuesta innovar en este aspecto por los costos asociados, se denominan
“hinchas de lo ecológico” y esperan que esto se replique dentro del mundo gráfico de
forma masiva.
En tanto, desde Ograma, hace dos años que trabajan con tintas sustentables de la marca
española Ayala Martínez, traídas a Chile por la distribuidora Walter Lund. Desde la
empresa, comentan que iniciaron una búsqueda de insumos en el mercado para que la
mayoría fuesen amigables con el medioambiente. Esto, porque el cliente en general está
“pidiendo que tengamos conciencia ecológica, no solo con la tinta, sino algo más global
del producto. Conciencia que, como Ograma, siempre hemos tenido”, afirman.