Inclusión laboral: Los desafíos de la industria

14/03/2018

El próximo 1 de abril entrará en vigencia la primera etapa de la Ley de Inclusión Laboral, normativa que garantiza que tanto empresas como organismos públicos reserven el 1% de su cuota laboral a personas con discapacidad. Este año, las entidades con una dotación de 200 personas o más deberán comenzar a regirse por la nueva ley, mientras que el 1 de enero de 2019 deberán hacerlo las que tienen entre 100 y 199 trabajadores.

Aunque esta normativa no aplica para empresas que tengan hasta 99 trabajadores, el tema de la inclusión llegó para quedarse y para muchas industrias constituye un elemento diferenciador. Además, sus beneficios son cada vez más claros: según un estudio de la consultora Aha Inclusión y Fundación Descúbreme, los trabajadores con discapacidad tienen 77% menos de rotación laboral y 20% menos de ausentismo versus colaboradores sin discapacidad.

“Ellos no tienen ni mejor ni peor productividad en general, pero es frecuente que cuando la jefatura conoce temas de inclusión y discapacidad, la persona que está bajo su cargo y que tiene discapacidad tenga niveles mucho mejores de productividad. Entonces todo depende de la comunicación y la relación que tiene la empresa con el tema de la inclusión”, explica Karina Cisterna, directora ejecutiva de Aha Inclusión. Mejoras en el clima laboral y en reputación corporativa son otros aspectos favorables.

Optar por la inclusión

La tarea para las empresas, incluso aquellas que no están obligadas por ley, es comenzar a generar ambientes y espacios laborales inclusivos para las personas con discapacidad.

Según Viviana Ávila, directora nacional (S) del SENADIS, un primer paso puede ser reformular los perfiles de cargo para la selección de personal, adecuándolos a las características que tienen las personas con discapacidad. “El desafío se encuentra en poder diversificar los procesos de selección en igualdad de condiciones y oportunidades”, explica.

Una vez revisada esta etapa, la empresa debe garantizar una incorporación inclusiva y accesible al puesto de trabajo. “Las organizaciones deberían consagrar el principio de no discriminación, para ello es fundamental que los trabajadores y trabajadoras reciban capacitación”, recalca la autoridad, tanto en la manera correcta de tratar a una persona con discapacidad como en sus derechos y el marco legal chileno vigente.

Esto es clave, dice Cisterna, porque el principal aspecto de la inclusión es, justamente, que los trabajadores con discapacidad sean respetados y tratados “como personas comunes y corrientes, como todos”.

CIFRAS

En Chile el 20% de la población adulta se encuentra en situación de discapacidad.
39% de las personas en situación de discapacidad se encuentran ocupadas.